"¿Por qué están las lagunas tan vacías si no ha parado de llover en los últimos meses?", pregunta Alejandro a Tomás, guía de Ecoturismo Ruidera, en una excursión a la cueva de Montesinos, donde soñó el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. "Si he guiado 40 visitas a la cueva esta semana, 40 personas me han preguntado lo mismo", responde Tomás.
Llama la atención, después de tanta lluvia, ver que las Lagunas de Ruidera no están llenas en el mes de mayo, sino más bien todo lo contrario. En la Redondilla se puede apreciar, especialmente, la sequía. La redonda laguna ha vivido momentos mejores, de mucha más abundancia de agua. ¿A qué se debe esto? Si el nivel de los embalses en España ha aumentado notablemente tras las abundantes lluvias, ¿por qué no ha sucedido lo mismo en las 15 lagunas que forman el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera?
La culpa la tiene el Acuífero 24. Este acuífero también es el culpable de que en épocas de sequía las lagunas no se queden sin una gota de agua. El Acuífero 24, también conocido como acuífero de la Mancha Occidental, es uno de los mayores acuíferos de España. Abarca parte de las provincias de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Toledo, y está compuesto principalmente por materiales carbonatados (calizas y dolomías) del Mioceno y materiales detríticos (arcillas, arenas y limos).
Cuando llueve, asegura Tomás, el agua se filtra a través del terreno hasta el acuífero. Cuando el nivel de esta agua subterránea sube lo suficiente, el acuífero se desborda por puntos de surgencia, llegando a la superficie en forma de manantiales, arroyos o filtraciones, alimentando las lagunas. Es por eso que las consecuencias de las lluvias no se reflejan inmediatamente en el nivel de las lagunas. No obstante, donde sí que son visibles es en el verde de la vegetación que les rodea.
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